miércoles, 7 de enero de 2009

Medios blindados del Ejército de Chile I. De los inicios hasta la década del 60.

En esta entrada iniciaré la publicación de un excelente artículo que relata la historia y desarrollo de los medios blindados en el Ejército de Chile desde las primeras adquisiciones de los Carden Lloyd Mk VI B realizadas a mediados de la década del 30, hasta la adquisición de los leopard II A4 a mediados del 2000. Es un completo estudio que entrega muchos antecedentes; desde las fechas de adquisición e incorporación, números de unidades, agrupación y distribución de los blindados, características técnicas, entre otros. Hasta la fecha, es el mejor y más completo estudio que he encontrado en Internet sobre la evolución histórica de los tanques y demás medios blindados en Chile.

El artículo, escrito por Cristian Marambio, se titula “Medios Blindados del Ejército de Chile” y fue publicado en la revista española “Fuerzas de Defensa y Seguridad”. El artículo fue subido por panzerfaust 100 al foro “Fuerzas de Defensa de la República Argentina”, de donde lo extraje. La publicación en este blog tiene por único fin dar una mayor difusión a este excelente material histórico.

Por su extensión, lo publicaré en tres partes. En la primera, aborda desde los inicios hasta la década del 60; en la segunda, se relata el complicado periodo de la década del 70 que estuvo marcada por la cuasi guerra con Perú y Argentina; y en la tercera, la actual época de renovación y modernización del arma blindada.

La razón de dividir el artículo en tres partes no se apoya solamente en su extensión, ya que de su lectura integra se puede fácilmente apreciar que en la evolución y desarrollo de los blindados en el Ejército de Chile hay tres etapas históricas claramente diferenciables. La primera, está marcada por la Segunda Guerra Mundial, que obligó al Ejército de Chile a adquirir los blindados a los Estados Unidos a lo largo de tres décadas (1940 a 1960), pese a que la intención original era adquiriros de Alemania. La segunda etapa, está comprendida por el periodo del régimen militar (1973 a 1980) que estuvo marcada por las crisis internacionales con todos nuestros vecinos (Perú, Bolivia y Argentina) donde el país estuvo a punto de enfrentar una invasión por parte de Perú y Argentina, o ambos simultáneamente e incluso, haberse sumado a ellos Bolivia, en lo que se conoce, en jerga militar, como Hipótesis Vecinal Máxima (HV-3), debiendo hacerse frente a la difícil situación en medio de un embargo internacional de armas y de un aislamiento político internacional. Finalmente, la tercera etapa, está determinada por el término del régimen militar, de los peligros vecinales y del embargo de armas. En esta etapa, el país comienza a tener un crecimiento económico sostenido en un clima de relativa estabilidad vecinal y de creciente reinserción internacional, y en tal favorable contexto es que se da inicio a un profundo proceso de modernización del Ejército sin las tensiones y privaciones del periodo anterior. Un detalle tremendamente relevante de este periodo, es que el proceso de modernización está profundamente determinado por la real posibilidad de que nuestro país enfrentara la incómoda HV-3 en la peligrosa década del 70.




No es mucho lo que se ha escrito sobre la evolución de los medios blindados del Ejército de Chile. Este trabajo, lejos de ser definitivo, recorre los medios desde su introducción en el país y aclara una serie de errores históricos repetidos hasta la fecha.



El primer blindado que prestó servicio en el Ejército de Chile resultó ser el Carden Lloyd Mk VI B, de construcción británica. Tenía una ametralladora Vickers de 0.303 pulgadas y dos tripulantes y fueron entregados en 1936 en la cantidad de cinco ejemplares. Alcanzaban los 40 km/hr., pesaban 1,5 ton. y disponían de un motor a bencina Ford de cuatro cilindros que desarrollaba 40 CV. Fueron asignados a la Escuela de Infantería en la ciudad de San Bernardo, donde operaron en funciones de trasporte de munición a las unidades de infantería. Posteriormente se trasfirieron a diversas de Ejército, terminando su carrera con Carabineros de Chile. Los últimos ejemplares fueron y dados de baja a finales de la década de los cuarenta. Uno (E-01) fue mantenido como monumento en la entonces recién formada Escuela de Blindados y luego trasladado a la ciudad de Quillota, en la actual Escuela de Caballería Blindada. Cabe destacar que otro fue equipado con una pieza contracarro M-18 de 57 mm. en un vehículo de baja, siendo confundida con una Breda de 20 mm. Esta última nunca existió en el inventario del Ejército de Chile.















A finales de la década de los treinta, el Ejército busca y estudia con interés la evolución de los blindados en Europa. Aún existe la fuerte influencia dejada por la misión prusiana (1) liderada por el general Emilio Körner y el Estado, en general, mediante fuertes y estrechas relaciones con el Reich. Es por ello que en esta fecha se concretan importantes adquisiciones de equipamiento en Alemania. Entres estas cabe mencionar, locomotoras Krupp-Henschel Tipo 90 y 100 para Ferrocarriles del Estado, aviones de Junkers para la Fuerza Aérea y el Ejército también formaliza algunos pedidos, entre ellos cascos de acero de infantería, fusiles Máuser, vehículos ligeros, piezas de artillería y blindados. La industria alemana se encuentra volcada al rearme y las necesidades del Ejército de Chile no logran ser satisfechas. Es así como los cascos Modelo 1935 no se entregaron, llegando sólo un pequeño lote de versiones similares de fibra vulcanizada, denominados Vulkanfiber además de los de acero checos Modelo 32 capturados, al igual que un número menor de vehículos ligeros 4x4 de Skoda. Las 18 piezas de artillería LFH-18 L-28 de 105 mm. tampoco son entregadas y sólo Carabineros logra recibir una partida de carabinas M-1935, fabricadas por Máuser-Werke AG, de Oberdorf. En fecha similar llegan camiones de Magiruz Deutz. Cabe destacar que buena parte de las compras realizadas en Alemania fueron pagadas con lentejas.

Hay evidencia que el Ejército solicitó información de blindados a Krupp (2), correspondiendo probablemente estos al tanque ligero Leichte Kampfwagen Ausland, diseñado para la exportación, considerado como el candidato más probable. Se trataba de un derivado del Panzer-Kampwagen I. Obviamente, con los sucesos en Europa, ningún carro de combate germano llegó a Chile. Iniciada la Segunda Guerra Mundial (SGM), el país sudamericano mantuvo una línea pro Eje, pese a haber declarado la neutralidad. Las relaciones con Alemania eran tan fuertes que, a mediados de 1940, este Gobierno ofreció al andino la venta de material capturado en Bélgica, Holanda, Checoslovaquia y Francia. Fue sólo en enero de 1943 que el entonces Presidente de la República Juan Antonio Ríos rompió relaciones con el Eje, previa coordinación con los Estados Unidos. Para este afecto, el ministro del interior chileno, Raúl Morales, se entrevistó con el presidente Franklin D. Roosevelt, presentando en la ocasión una lista de los armamentos solicitados.


Fue en septiembre de 1943 cuando la primera transferencia importante de material llegó a Chile. Es significativo destacar que, ya en 1942, había dos batallones blindados completos asignados para ser transferidos, pero la neutralidad chilena lo impedía. Esta primera partida incluyó camiones GMC CCKW (los famosos Deuce and a Half) y Studebaker, Jeep Willies MB, Dodge WC51 y WC300, motocicletas Harley Davidson e Indian. En lo que a artillería se refiere, se recibieron las primeras baterías para defensa de costa Puteaux GPF de 115/38 mm., piezas antiaéreas M1 de 37 mm. y antiblindados de 37 mm. y 57 mm. Es en esta transferencia que se recibe el primer material blindado moderno. Se trata de dos batallones compuestos por una compañía de carros ligeros y una de blindados sobre ruedas. Específicamente llegan 17 tanques livianos M-3 A1 Stuart y 12 White M-3 A1 Scout Car, que traían a remolque las piezas de 37 mm. Estos formarían, a partir del 15 de abril de 1944, los destacamentos blindados Nº 1 y 2, en Iquique y Antofagasta, respectivamente y luego la Escuela de Blindados y Mecanizados en Santiago. Terminada la (SGM) hubo dos envíos adicionales; el CL2, por 12 Stuart, y la CL30, por 18 (3). Con la llegada de este segundo lote se forma un Escuadrón de Tanques con 14 Stuart y uno de Asalto, con 15 Scout Car.

Adicional a los 47 ejemplares recibidos, se estima que una veintena más fue adquirida por el Ejército en el mercado de segunda mano, algunos sin torre y cañón. Según Arsenales de Guerra (4), en total unos 70 ejemplares llegaron a Chile. Los Stuart tenían motor radial Continental W6709A, de 242 CV, una pieza M5 de 37 mm. y tres ametralladoras M1919A4 de 7,62. Los M-3A1 sirvieron hasta la década de los setenta, llegando a tener funciones relevantes en la crisis fronteriza del Norte, en 1974 y 1976, pese a los años de servicio. En este periodo formaron unidades de Exploración Blindada en las ciudades de Arica y Calama. Respecto a los Scout Car, disponían de un motor de seis cilindros Hercules JXD y, como armamento, una ametralladora M1919A4 y una pesada Browning M2HB de 12,7 mm.



Iniciada la década de los cincuenta, el Ejército se sustentaba en los M-3A1 Stuart, los White M-3A1 Scout Car y los M-3/M-5 Half Track semiorugas. Estos últimos llegaron a partir de septiembre de 1943, pese a que dos compañías con 24 ejemplares ya habían sido asignadas a Chile un año antes. En efecto, los primeros diez ejemplares fueron M-5 fabricados por Internacional Harvester, yendo a equipar la Escuela de Blindados, pese a que, estrictamente hablando, eran tractores de artillería antiaérea de piezas de 3”. Sucesivamente fueron entregados los 24 M-3 y, finalmente, otros 10 encargados en 1953 y repuestos en servicio el año siguiente, ahora bajo los auspicios del MDAP (Military Defense Aid Program). No llegaron más de 50 ejemplares de Half Track, sólo en versiones M-3 y M-5. Los primeros utilizaban motor White 160 AX de seis cilindros.

Es gracias al PAM (Programa de Ayuda Militar) suscrito con Estados Unidos que el Ejército da su siguiente paso. En 1952 recibe suficiente material para equipar un Batallón Blindado orgánico. Se trata de 16 M-4A1E9 Sherman, uno de Ingenieros con pala Dozer M-4E9M1A1 y 3 carros de recuperación M-32, denominados localmente Panchote, siendo recibido el material a partir del año siguiente, junto a la última partida de M-3. Incluido en este lote llega también un exiguo número de vehículos 6x6 Ford M8 Greyhound, ya que, en esa fecha, los Estados Unidos transferían el material de unidades completas, por lo que en reiteradas ocasiones llegaban pequeñas cantidades de material sin línea logística, lo que se traducía en usar los medios hasta su baja por falta de repuestos. Esta parece haber sido la corta historia de los Greyhound, que no fueron más de 3 y operaron, según evidencia fotográfica, hasta 1956. Los M-4A1E9 que obtuvo Chile conformaban la compañía estándar del US Army, con tres secciones de cinco, mas una sección de mando con el restante y el Dozer. Los Sherman equiparon el Regimiento Blindado Nº2 de Antofagasta, siendo luego disgregados con parte del material enviado a la Escuela y al Regimiento Blindado Nº5 Punta Arenas. Esta transferencia también incluía un lote de carros ligeros Cadillac M-24 A1 Chaffee, que fueron trasferidos años después.

Los Sherman entregados a Chile corresponden al sufijo A1, es decir, usaban un casco y barcaza producido por fundición y su motor era un radial de aviación Continental R975 C1 de 400 CV, alimentado por gasolina de alto octanaje, a diferencia del Panchote que tenía un R974 C4. Las versiones de base contaban con una torre también fundida equipada con un cañón de 75 mm. modelo M2 o M3 de 40 calibres, dos ametralladoras M1919 de calibre .30 (instaladas una coaxial y otra en un montaje de bola en el glacis) y una M2 de calibre .50 para uso antiaéreo. Pesaba aproximadamente 30 ton. y, si bien era inferior en potencia de fuego a diversos tanques alemanes, su confiabilidad mecánica, velocidad y excelente maniobrabilidad lo convirtieron en un rival de temer. Los modelos chilenos eran híbridos reconstruidos (E9), basados en los primeros lotes de producción empleados por las formaciones blindadas en los Estados Unidos para entrenamiento y, por lo tanto, muy desgastados. Ante problemas en la línea de producción y mayores pérdidas a las esperadas en combate, fueron reconstruidos para operar en el conflicto del Pacífico. Estos trabajos contemplaron un cambio de motor y transmisión, además de la instalación de nuevo armamento.

El servicio en Chile se extendió hasta finales de los sesenta, momento en el cual ya estaban desfasados respecto a los medios de los demás países de la región. Se puede decir con seguridad que, hasta mediados de la década de los setenta, estos tanques y sus versiones eran el estándar de la región, ya que el Perú empleaba en su Ejército la variante M4A2, de casco soldado y motor diesel, y Argentina los M4A4 y M4A2 con arma de 75 mm. y la Firefly británica, dotada con un cañón de 76, 2 mm. de 60 calibres de largo. La incorporación de AMX 13, T55 y SK-105 a esas Fuerzas Armadas dejó al M4A1E9 en un estado de obsolescencia completo. Aún así, a principios de los setenta, ante la necesidad de concentrar los más modernos M-41 en el Norte de Chile, se decidió reconstruir por última vez a los M4A1E9, que permitió que los operaran otra década más. Tuvieron diversos esquemas de mimetización. Llegaron en origen en un color verde oliva con un tinte de café, típico del material norteamericano de la SGM. Al comienzo, en Chile sólo se agregó un pequeño escudo nacional en los lados del casco, con ribete blanco y un código de registro en color amarillo delante o detrás, así como el símbolo del arma.

A mediados de los cincuenta, la mayoría fueron repintados en un color amarillo café arena muy suave, manteniendo las marcas mencionadas, ya que estaban destinados a la Escuela de Blindados de Antofagasta. Tras la progresiva pérdida de operatividad del sistema, se ordena su recuperación en el mes de agosto de 1973, momento en el cual se repintan en un verde oscuro semibrillante, manteniéndose las marcas referidas, pero agregando números en amarillo en los laterales de la torre. La crisis limítrofe con el Perú, en 1975, significó que algunos fueran enviados al TON (Teatro de Operaciones Norte), situación para la que se les pintó con un nuevo mimetismo de desierto. Es en esta condición que algunos cascos descartados aún pueden ser vistos en diversas unidades y reparticiones, donde se les preservado o abandonado (5).


Es en 1963 que el Ejército de Chile da un paso relevante, cuando los Estados Unidos autorizan la transferencia de tanques M-41A1 Walker Bulldog y M-24 Chafee. Se trata de una primera partida de 17 M-41A1 y 21 de los segundos, además de tres recuperadores M-74 (6), versión modernizada del Sherman M-32 ya operativo con el Ejército, con pala Dozer y suspensión HVSS y huinche. Los nuevos medios blindados vienen también acompañados de camiones tractores M-52 de 5 ton. con semirremolques M172A2 y grúas Kaiser International M-543 (7). El M-24 era un tanque ligero de 18,4 ton., equipado con dos motores Cadillac 44T24 de ocho cilindros en V, 5670 cc y 110 CV cada uno. Estaban acoplados a una transmisión Hidramatic. Disponen de un cañón M6 de 75 mm. con 48 proyectiles y dos ametralladoras Browning M1919. Su radio de acción era de sólo 160 Km., pudiendo alcanzar hasta los 56 Km/h. Los 21 carros tuvieron un costo de 1.416.000 dólares y formarían una Compañía reforzada de cuatro secciones, más uno de mando, reemplazándose el dozer (al no existir) por un vehículo Dodge ¾ de enlace.

A su ves, el M41A1 resulta ser, para la época, un sistema avanzado. Tenían unos 15 años de uso y características a la vanguardia, considerando la amenaza de la época. Pesaban 23,5 ton. y contaban con un motor de gasolina de seis cilindros Continental AOS 895-3 de 500 CV. Su armamento estaba compuesto por un cañón M32 de 76 mm. y dos ametralladoras: una coaxial M1919A4 de .30 y una Browning M2E1HB de .50 en la torre. Su velocidad era de hasta 72 Km/h. y el alcance de 161 Km., siendo un medio simple de operar y mantener, con el cañón M32 muy eficaz con munición HVAP. Previo a su entrega, estos carros habían sido extensiva y acuciosamente reconstruidos en los Estados Unidos, llegando a Chile en abril de 1964.

Junto a la recepción de la segunda partida, ahora A3, hasta completar los 60 M-41 encargados, el Ejército también recibió la primera partida de 26 M-113 A1. Estos transportes blindados de personal (APC) tuvieron un costo de 315.000 dólares y fueron incorporados a los regimientos blindados a partir de 1969. Parte de los M-41A3 se embarcaron en Valparaíso en la LST Águila y descargados en una playa de Iquique para su posterior puesta en servicio en el ahora Regimiento Blindado Nº1 Granaderos. Además de esta segunda partida de M-41, también recibió 4 recuperadores M-578 (8). Con la incorporación de este material, el Ejército logró equipar dos unidades con 30 M-41A1 y 30 M-133A1 más dos recuperadores M-578 por unidad. Paralelamente, y como hemos comentado antes, los Sherman comenzaron a tener signos de fatiga, al igual que los M-3 Stuart, que, pese a haber sido la mayoría recibidos nuevos, ya se aproximaban a los 30 años de servicio.



Nota: Todas las imágenes provienen del archivo del autor. Las imágenes históricas son de los Archivos de la escuela de Caballería Blindada del Ejército, mientras que buena parte de las actuales fueron tomadas por el autor.


Citas:

(1) El presidente de la República, Domingo Santa María, contrata una misión alemana en 1885, que opera en Chile prácticamente hasta la I Guerra Mundial.

(2) Entre 1872 y 1901, Krupp vendió algo más de 600 piezas de artillería al Ejército de Chile.

(3) Military Aid Program to Chile, documento del Departamento de Estado de Washington.

(4) Unidad de Arsenales del Ejército de Chile.

(5) Ensayo, 75mm. Gun Medium Tank M4A1E9, de Fernando Willson L.

(6) Si bien existe documentación del Military Aid Program, el autor no logró encontrar evidencia fotográfica de su servicio en Chile.

(7) MAP to Chile, documento del Southcom de julio de 2002.

(8) El informe MAP to Chile menciona 4. Sin embargo, fuentes del Ejército hablan sólo de 2, es decir, 1 por unidad.


(Las frases ennegrecidas y subrayadas son nuestras).



COMENTARIOS:

1. Recientemente he publicado en este blog un par de artículos que analizaban la tensa década de los 70, que no sólo nos tubo al borde de la guerra con Argentina al final de la misma por la cuestión del Beagle, sino que además, durante la primera mitad de dicha década se vivió el peligro cierto de que se concretara el plan peruano de invadir a Chile en la época de la dictadura militar peruana encabezada por Velasco Alvarado. Conforme a los antecedentes que entrega el artículo, gran parte del material blindado de que disponía Chile para hacer frente a la invasión peruana fue adquirido en la década del 50 y del 60, en modestas cantidades, e incluso se debió poner en servicio a algunos llegados a principios de los 40. Desde el punto de vista del número y vigencia de los medios blindados, Chile estaba en una evidente inferioridad respecto a los de Perú, que había adquirido más de trescientos modernos –en aquella época- tanques soviéticos T-55, los que fueron adquiridos, precisamente dentro de la planificación para concretar la invasión y que fueron emplazadas en la misma frontera con Chile.

2. En la parte siguiente del artículo, el autor da cuenta de la complicada década de los 70 y de las medidas que se debieron implementar para contrarrestar de alguna forma la superioridad de medios blindados que ostentaba tanto Perú como Argentina, en un escenario de claro enfrentamiento bélico marcado por el embargo de armas impuesto por la enmienda Kennedy y a la cual se sumaron la mayoría de los países europeos, que eran los proveedores tradicionales de Chile. Sin lugar a dudas, una de las décadas más peligrosas que debió enfrentar nuestro país.

3. Otra cosa a comentar es la frustrada adquisición de blindados a Alemania, que era la opción más lógica en aquella época en consideración al proceso de prusianización del Ejército chileno. Debido a los avatares de la Segunda Guerra Mundial, tal opción no se concretó, debiendo recurrirse finalmente a los Estados Unidos para contar con los primeros tanques modernos en la década de los 40, 50 y 60. Como hoy sabemos, finalmente el Ejército de Chile lograría equiparse con tanques alemanes, pero para ello, debieron trascurrir varias décadas. Se verá en la tercera parte.



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10 comentarios:

Anónimo dijo...

Que fanatico chauvinismo.

Anónimo dijo...

hola excelente reportaje sobre los medios blinados en chile espero subas proximamente la segunda parte de este gran reportaje.........


Saludos

David S.N.

Anónimo dijo...

hola excelente reportaje sobre los medios blinados en chile espero subas proximamente la segunda parte de este gran reportaje.........


Saludos

David S.N.

Anónimo dijo...

Te falto comentar acerca de los ultimos Leopard 2.
Ten en cuenta que estos tanques no soportan altura, a 4000 metros de altura rinden solo el 60%, han sido probados por los israelies y tiene problemas con la guerra electronica,por eso los israelises prefirieron los Abrams M1.
Su coraza de 5,7mm no soporta disparos directos de una arma antitanque de 35mm o de 50mmm.
¿Que ocurriría si Argentina decide tener puerto en el pacífico via Santiago? Argentina tiene abierta la herida de la guerra de las Malvinas y nuestro apoyo a Gran Bretaña (le servimos de plataforma de guerra contra la Argentina)
¿Estaremos preparados?
Carlos Arturo

Portaliano dijo...

David S. N.,

He querido subir las otras partes, pero hace tiempo tengo problemas con mi blog que me desconfigura las entradas (cambia tamaños y tipos de letras a su antojo) como ocurrió en esta entrada, y no me gusta para nada como queda. Espero arreglar el problema para subir las otras partes y otras entradas que aún no he podido publicar.
Saludos.


Carlos Arturo,

Claro que faltaron los Leopard 1 y 2, pero esta parte abarca sólo hasta los ’60. En la tercera parte aparecerán nuestros leopardos, pero como le explique más arriba a David, no he podido subir las otras partes.
Desconocía los datos técnicos que ud. me hace presente, y reconozco que no dejan de ser preocupantes, sobre todo por las Brigadas Acorazadas del norte del país que deberían poseer medios blindados que operen perfectamente en la altura, sobre todo en Antofagasta (frontera con Bolivia y Argentina).

Con Argentina, como están las cosas allende Los Andes, no creo que sean mayor peligro en el corto y mediano plazo.

Gracias por su aporte y saludos.

Anónimo dijo...

LAS PENURIAS DEL EJERCITO DE CHILE EN LA DECADA DE LOS SETENTA Y EL GRAN TRABAJO DE FAMAE, PARA MANTENER OPERATIVOS TODOS ESOS TANQUES.

Unknown dijo...

la foto color del sherman en desfile en Colina es de una revista chilena ... podria decir cual es su nombre

Anónimo dijo...

Siendo importante el Mar, no se te olvide que Chile ha sobrevivido gracias al cobre por mas de 100 años y la zona productora no fue conquistada arriba de un buque precisamente.
Por eso lo inconsistente del comentario, sin las tropas terrestres no hay conquista ni mantención del territorio, no se te olvide.

Anónimo dijo...

foto de la revista "En Viaje"

Anónimo dijo...

Muy interesante; La foto del Sherman transitando en la calle, con soldados armados con "Garand" y "Grease gun" es del pronunciamiento?... A juzgar por los buses que se ven alrededor, pareciera que sí... Saludos